viernes, 19 de junio de 2015

Reportaje


             Historia y realidad de la zona 1
El centro de la decadencia



El Prestigio de los hoteles cinco estrellas con acabados de cedro, los pisos cerámicos, las vitrinas de negocios donde se apreciaban trajes de corte italiano, la opulencia y distinción de las damas y los caballeros, quedaron en la memoria de muchos guatemaltecos mayores de sesenta años que vivieron la época gloriosa del centro histórico en la década de 1950, cuando era conocida como la capital centroamericana del comercio.
Sesenta años bastaron para que aquellos recuerdos de las calles y las avenidas que fueron gloria y orgullo para los guatemaltecos, quedaran solo en la historia.


En la actualidad se han convertido en centros de prostitución y comercio de drogas, rodeadas por moteles y apartamentos habitados en su mayoría por inmigrantes centroamericanos, conocidos popularmente como palomares, donde a diario se cometen actos fuera de la ley.



Terremoto
Históricamente está comprobado que los terremotos que han afectado Guatemala han definido el desarrollo urbano de la ciudad capital. El ejemplo más claro y quizás para muchas personas la razón principal del deterioro del centro, es el surgimiento de los asentamientos tras el fenómeno telúrico de 1976. Muchas personas que perdieron sus viviendas invadieron terrenos municipales y laderas abajo de puentes, la mayoría en las cercanías de la zona 1, formando una especie de cinturón habitacional, sin ningún control territorial. 


La proliferación de asentamientos, el crecimiento desordenado de la ciudad y la falta de empleo fomentaron que las personas buscaran medios para subsistir. De esa cuenta surgen las ventas informales, que desencadenaron en mercados de barrio que a su vez fomentaron el descuido del ornato, la invasión de calles y aceras, y propiciaron la inseguridad y la conformación de bandas de asaltantes. De la misma manera como las personas invadieron barrancos para vivir, se apropiaron de las calles y avenidas, creando inseguridad y riesgo tanto para los compradores, como para los vecinos del sector. 




Delincuencia
Este fenómeno creciente y desordenado cautivó la atención de estructuras criminales, que encontraron un nicho perfecto para aliarse con vendedores informales y conformar bandas estructuradas, que comercializan objetos robados y drogas, asegura Jorge Aguilar, vocero de la Policía Nacional Civil. “Era un lugar perfecto para los criminales quienes atracaban a los vendedores, principalmente en mercados como La Presidenta y la 18 calle. Lo más irónico era que las víctimas podían encontrar sus pertenencias en alguna venta cercana a donde los habían asaltado y para recuperarlas tenían que comprarlas”.


En la actualidad la situación es la misma y la presencia centroamericana es fuerte, lo que fomenta la inseguridad y el temor entre las personas que a diario transitan por el sector., muchos guatemaltecos se han adaptado a la realidad que les toca vivir. Lejos quedaron aquellos años de gloria y elegancia, ahora el país vive otra época, en donde la inseguridad, el tráfico de drogas, la inmigración, la violencia y el desorden marcan la agenda diaria. 


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